Continuamos una semana más con algunos proyectos relacionados con la energía solar aplicada al transporte ferroviario. Anteriormente hablamos de cómo en Europa existen ya ideas llevadas a cabo con éxito, y España quiso subirse al carro en 2011 con un proyecto revolucionario que, incluso, podría suponer un antes y un después en el mundo de los coches eléctricos.
La Universidad de León, junto a la entidad de Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve), presentó en el citado año un proyecto conocido como Robla Solar. Con él se pretendía unir las localidades de La Robla y Matallana, distanciadas por 15 kilómetros entre sí, por un tren impulsado por energía solar que también aprovecharía la energía cinética del frenado.
Según sus responsables, los trenes se recargarían en los extremos del trayecto y tan sólo harían uso de la red eléctrica convencional para iniciar la marcha. Además, se pretendía rentabilizar el coste que se debía asumir otorgando a los viajes en este tren un añadido turístico dado el carácter vanguardista de la propuesta.
El proyecto nunca llegó a materializarse por la falta de recursos económicos “debido a la crisis”, pese a que su planificación llegó a estar muy adelantada. En palabras de Luis Panizo, director del área de innovación tecnológica de la Universidad de León, “era una idea muy innovadora en planteamientos y soluciones”.